
En uno de mis desplazamientos entre el follaje y la poca luz que se filtraba desde la calle vi a un tío bastante potable, de esos tipo garrulillo bien vestido, como a mi me gustan que apoyado en un árbol se fumaba un porro que mas bien parecía un habano, cuando pase a su lado, en un movimiento rápido me lo metió en la boca y me dijo –Fuma…fuma- a lo que accedí entre risas y cachondeo. No pasaron cinco minutos y yo tenía un colocón de esos inolvidables, como si hubieses bebido un whisky de un solo golpe. Aprovechando que estaba yo un poco vulnerable el tío me empezó a meter mano y mordisquearme la oreja mientras sobaba con morbo mi polla y mi culo.
En un momento el tío me pregunto que si tenía novia, a lo con cara de susto respondí que si, que apenas tenía experiencia con tíos; mientras se entretenía a dos manos, por delante y por detrás, en una de esas se saco un rabo descomunal, venoso y duro como una piedra que me hizo mamar a lo bestia mientras me decía que disfrutara de otro tío, que follar solo con tías no puede ser y cosas por el estilo. Al poco rato se agacho y comenzó entonces el a comerme el rabo, primero acariciándolo con la lengua y después tragándoselo a fondo como si fuese un helado de vainilla, me dio la vuelta y siguió con mi ojete que supo dilatar con un juego de dedos y lengua. Cuando estuvo seguro de que estaba bien lubricado y dilatado me la metió poco a poco hasta el final. Ufff, no lo podía creer lo bien que había entrado y casi sin molestias. Comenzamos a movernos a veces a lo bestia otras con mucha suavidad, mientras el tío no dejaba de hablarme de las tías que me había follado y que ahora no me podían ver, que una polla era mejor, hasta que llego un momento que no pude mas y con un gemido solté un chorro descomunal mientras las contracciones de mi culo al parecer lo hicieron correr casi al mismo tiempo.
Una vez acabada la faena, fumando un cigarro volvió a interrogarme sobre novias, tías y coños dando por sentado que yo era un “hetero curioso” que venía caliente de estar con la novia. Me pareció que no debía sacarlo de su suposición, al parecer le daba morbo la situación de estar con un “hetero curioso” y no quería decepcionarlo en absoluto, me había pegado un polvo bestial y se merecía ser feliz aunque engañado.
