Todo lo que siento por ti y deseo hacer contigo (lésbico, muy caliente)

Sección para contar relatos eróticos o sexuales.
Responder
Amorclandestino
Mensajes: 7
Registrado: Sab, 07 Dic 2024, 14:59

Todo lo que siento por ti y deseo hacer contigo (lésbico, muy caliente)

Mensaje por Amorclandestino »

Todo lo que siento hacia la mujer que me gusta desde hace meses y todo lo que me imagino con ella. Lo más morboso es que ella en la vida real es hetero y en mis fantasías románticas y eróticas ella es mi «gladiadora» dominante, más lesbiana que las lesbianas y capaz de igualar e incluso superar a un hombre ya no solo en constitución y fortaleza física sino en saber cómo amar a una mujer y yo su «dama» delicada y sumisa.



Este invierno me sacude sin cesar. El frío cala hondo desde mi blanca piel a mis huesos.

Me siento cansada, débil.

Te necesito.

Necesito de tu gordito cuerpo y de tu alta estatura de algo más de 1,85, con el que mi delgado cuerpo y mi baja estatura de algo menos de 1,60 se funde en un fuerte y cálido abrazo. Sintiendo el peso y también el calor que desprenden tu cuerpo, tu piel y tu respiración junto con la delicadeza y el frío que desprenden mi cuerpo, mi piel y mi temblor. La fragilidad de mi senectud con la fortaleza de tu madurez. Tú tan grandota y fuerte como una madre osa de las estepas de la más remota Rusia, yo tan menuda y delicada como una pequeña oveja de los pastos más verdes del cercano Atlántico.

Cuando me siento triste y vulnerable, necesito desahogar mi amargo llanto entre tus brazos, mientras nos abrazamos y tus labios sellan mi cabeza, mi frente y mis mejillas. También que, como una madre osa y como una gladiadora, saques tus garras y tu escudo y espada cada vez que algo o alguien me atemorice o quiera hacerme daño ya que soy y siempre he sido muy miedosa y débil de carácter. Que me hagas sentir protegida.

También quiero que nos fundamos entre nuestros brazos en esos momentos que se abren de par en par las puertas de tu corazón y tus ojos cafés derraman lágrimas, mostrando tu lado más vulnerable dentro de tu gran fortaleza, curar tus heridas del alma abrazándolas, acariciándolas y besándolas.

Necesito de tus grandes manos de dedos largos y gruesos dando calor a las mías, muy delgadas, delicadas, con dedos de pianista y con mucha tendencia a enfriarse.

Necesito de la dulce aspereza de la piel de tus manazas acariciando mis mejillas, mi espalda, mis pechos, mi cintura, mis caderas, mis nalgas, toda mi esbelta figura.

Necesito de tu sensual aroma a miel y canela hechizando mi sentido del olfato, así como de cada poro de tu blanca piel sin ningún rastro de vello, de tu bravía cabellera larga y castaña ondulada con flequillo recto y de las abundantes curvas de tu hermoso cuerpo. Que mi olfato, mis carnosos labios y mi lengua se perdieran por cada milímetro de ti.

Necesito de la dulce melodía de tu voz, tan de mujer madura y tan seductora al mismo tiempo, capaz de llevarme al orgasmo con solo escucharla.

Necesito del invicto destello de tu mirada detrás de tus gafas. Si tuviera que buscarla entre una multitud de ojos cafés la distinguiría a la perfección, porque entre millones es la única.

Necesito de los mofletes y la tierna papada de tu ruborizado rostro, acariciarlo, agarrarlo suavemente y llenártelo de besos. De tu sonrisa llena de vida, que puedo recrear mientras contemplo el oscuro cielo en las noches de cuarto creciente y cuarto menguante.

Necesito de tus dulces labios rozando con pasión los míos y recorriendo cada milímetro de mi cuerpo, cada poro de mi blanca piel, sintiendo el roce de tus dientes y de tu caliente y húmeda lengua.

Necesito de tu sensualidad, Gunilda. Con solo pensar en ti y fantasear contigo siento un irrefrenable instinto de compensar el frío del invierno con el calor natural de mi cuerpo.

Te imagino tan hermosa como siempre, con tu leonada cabellera castaña suelta y el destello de tu mirada de ojos cafés detrás de tus gafas fija en mí, ardiendo de lascivia y de deseo de poseerme, de hacerme tuya, al compás de la versión más pícara y canalla de tu hermosa sonrisa. Con tu gordito cuerpo sin nada más ni nada menos que un conjunto deportivo de top y culotte de licra de colores oscuros cubriendo y a la vez resaltando tus grandes y apetitosas tetas y nalgas de las que tan hambrienta estoy. También con un primer plano de tus abundantes y largas piernas y de tus grandes y preciosos pies con bambas sneakers de plataforma o con botas de cuero, plataforma y tacón ancho, calzados que te hacen todavía más alta de lo que ya eres y estilizan tu cuerpo. Soberbia, imponente, como una gladiadora espartana. Con ganas de dominarme, de poseerme, de hacerme tuya, de hacerme sentir tu mujer, tu dama, tu princesa, tu reina, siendo tú mi mujer alfa, mi gladiadora, mi guerrera. No todas las delicadas damas que amamos a otras mujeres queremos otras delicadas damas. También habemos damas que queremos fuertes gladiadoras.

Me muero por encontrarme de pie delante de ti mientras estás sentada, con tus poderosas piernas rodeándome y presionando con firmeza mi cuerpo mientras tus toscas manazas me desnudan, desabrochando la cremallera o botón a botón de uno de estos finos y sensuales vestidos que suelo llevar y bajándomelo lentamente al compás de tus sensuales caricias en mi esbelta cintura, mis caderas y mis nalgas, dejándome sin nada más ni nada menos que en mi ropa interior de elegante lencería de seda fina. Mientras tanto, yo te abrazo apreciando la anchura y la fortaleza de tu cuello, tus hombros y tu espalda a base de caricias, besos y succiones y te susurro al oído lo mucho que te amo y las ganas que tengo de ti y de que me hagas tuya. Y nos besamos casi sin tomar aire. Ya habiéndome desprendido de la ropa, me miras de arriba a abajo con las mejillas ruborizadas, la respiración entrecortada, las pupilas dilatadas y la versión más intensa del destello de tus ojos. Entonces me dices lo mucho que me deseas y me amas mientras acercas apasionadamente mi cuerpo al tuyo haciendo que me siente en tu falda, frotando bien mi tensa y húmeda rosa del amor con tus poderosos muslos. Me besas con más pasión que nunca, acariciándome el cabello, el cuello, la espalda, los pechos, la cintura, las caderas y las nalgas, amasándomelas por encima y por debajo de mis braguitas. En un momento dado, tus sensuales y finos labios junto con tu lengua y tus dientes empiezan a recorrer mis pechos por encima y por debajo de mi sujetador, mi abdomen y mi vientre, a base de besos, succiones, lamidas y suaves mordiscos sintiendo el tacto de tu nariz y tus gafas en mi piel, mientras te abrazo por el cuello, acaricio y olfateo tu larga y castaña cabellera ondulada, lleno tu cabeza de calientes besos y gimo de placer cuando tu ardiente boca alcanza la sensibilidad de mis pezones.

Me muero por estar sentada en tu falda, besando y succionando tu boca, tus mofletonas mejillas, tu tierna papada, tus oídos y tu cuello. Entonces, mis carnosos labios empiezan a bajar lentamente y con gran sensualidad de tu cuello a tus anchos hombros, de tus hombros a tu escote. Conforme mi boca va descendiendo por tu cuerpo, mientras tú continuas sentada, me bajo lentamente de tu falda y me agacho más y más delante de ti, con tus poderosas piernas bien abiertas a mi alrededor en posición dominante. Te abrazo con fuerza de tu abundante cintura y acaricio tu ancha espalda. Entonces mi boca desciende de tu escote a tus pechos, en los que me detengo durante unos largos y ardientes minutos bajándote lentamente el top de licra y poco a poco concentrándome en tus rosadas areolas y tus tiernos pezones mientras escucho tus ardientes gemidos cada vez con más y más intensidad, música para mis oídos. Seguidamente, te subo de nuevo el top y mis labios descienden más y más besando, succionando y lamiendo los michelines de tu gordita barriga, hasta terminar completamente arrodillada en el suelo.

Me muero por olfatear, besar, succionar y lamer tus bambas sneakers altas o tus atrevidas botas de cuero, plataforma y tacón ancho. También por que te quites tus calzados y calcetines o medias (que también aprovecho para oler y lamer) delante de mi cara y de oler y besar tus pies sudorosos mientras te pones unas chanclas negras de cuero y plataforma, que junto a tus preciosos y grandes pies también te las beso y te las lamo. También por abrazarte de las caderas con fuerza mientras mis manos acarician y amasan tus abundantes nalgas y clavo con fuerza mis duras tetas en tus poderosos muslos, por bajar tus bragas culotte lentamente y por completo, olfatearlas y lamerlas junto con tus pies y tus calzados. Seguidamente, de olfatear tu aroma a mujer, de succionar tu grande y precioso clítoris, de hundir mi lengua en tu caliente vagina y de beber de tu dulce néctar. Mientras tanto, tú estás de pie, soberbia, tomándome de mi pequeña cabeza y acariciándome el cabello con tus manazas y yo estoy agachada, sumisa, a tu merced. Y así sentir como a cada milésima de segundo tus caricias en mi cabello se convierten en apasionados tirones con una de tus manazas mientras que con la otra te das placer a ti misma acariciándote la cintura, los pezones y el cuello y tu cuerpo se estremece en espasmos hasta que te fundes en un tremendo orgasmo, cayendo rendida abrazada a mí, acabando las dos tumbadas en la cama o en el suelo y tomando aire mientras nos besamos abrazadas.

Me muero porque me tomes en brazos y una vez hecho camines pisando fuerte el suelo con tus calzados, a paso firme, de gladiadora, haciendo honor al significado de tu nombre. «Gunilda»: nombre de raíz germánica que significa «guerra, batalla». Entonces me pones encima de una mesa haciendo que me tumbe y agachas un poco tu cuerpo hasta llegar a mí. Me besas los labios con gran pasión y tu boca, junto con tu grande y ardiente lengua, descienden lentamente por mi cuello, mis tetas por encima y por debajo de mi sujetador centrándose en mis pezones, mi abdomen y mi vientre, hasta que llega a mi tierna y empapada rosa del amor. Entonces, impones tus manazas en mis caderas, me bajas mis finas braguitas mirándome con deseo mientras te lames, te relames y te muerdes el labio inferior, abres apasionadamente mis piernas con tus manazas y me las pones entre tus poderosos hombros y tu ancha espalda, haciendo que tu boca alcance mi rosa del amor, que se deshace en un llanto de súplica por tu cariño. Entonces, tus finos y ardientes labios y tu grande y deliciosa lengua recorren lentamente mi centro del placer, empezando por los labios y acercándose lentamente a mi clítoris, hasta que tu boca lo succiona por completo, siempre con cariño. A intérvalos, siento como tu lengua se adentra en las profundidades de mi dilatada vagina. Mientras tanto, me estímulo los pezones húmedos de tu ardiente saliva y haces gemir como nunca. Hasta que transcurridos unos ardientes minutos, mi cuerpo entero cae rendido en un tremendo orgasmo y mi néctar del amor empapa tu boca e incluso tu nariz, tus gafas y tu flequillo. Mmmmmmm...

Me muero porque después de dar cariño a mi rosa del amor estando yo encima de una mesa agaches de nuevo tu cuerpo hasta alcanzarme, me beses y me abraces con fuerza, hasta tomarme de nuevo en brazos. Y camines de nuevo a paso de gladiadora espartana a donde tú desees llevarme. Entonces, nos tumbamos las dos en el suelo o en una cama, tú detrás de mi, tomándome con fuerza de las tetas y la cintura con tu poderoso brazo y tu manaza, dejándome tus grandes dedos y tus uñas marcadas y todo. Con el otro brazo y su respectiva manaza, acaricias mi abdomen y mi vientre hasta llegar a mi rosa del amor. Entonces, dos de tus dedazos acarician mis labios por encima de mi clítoris con ganas de más cariño hasta que transcurridos unos minutos, se introducen completamente en mi vagina. Me haces sentir increíblemente satisfecha con dos de tus largos y gorditos dedos dentro de mi vagina, hasta que instintivamente te cabalgo y todo. Entonces, me muerdo mi carnoso labio inferior, por lo que mi salivación aumenta y siento un irrefrenable instinto que me hace tomar tu otra manaza con la que me tomas con fuerza de la cintura y del abdomen y me la meto en la boca hasta donde puedo, dejando tus dedazos empapados de ardiente saliva. Mmmmmmm... Y así te cabalgo hasta fundirme en un tremendo orgasmo, dejando los dedazos tu otra mano también empapados pero del néctar de mi amor por ti.

Me muero porque me des una grata sorpresa apareciéndote ante mí a paso de gladiadora con un aparato en forma de arnés de cuero negro y bastante grande, bien fijo a tu cintura y a tu pelvis, por encima de tu culotte, con una sonrisa y una mirada pícaras, relamiéndote y mordiéndote los labios. Entonces, yo, con mi menudo cuerpo con ropa interior de seda, me acerco lentamente a ti y te abrazo con mucha fuerza acomodando mi cabeza a tu tierna barriga casi llegando a tu vientre ya que las chanclas de plataforma te hacen más alta de lo que ya eres y agarrando con fuerza las abundantes curvas de tu cintura, tus caderas y tus nalgas por encima y por debajo del culotte, a lo que tú me correspondes abrazándome con la misma fuerza mientras me acaricias el cabello, la espalda, las caderas y las nalgas y me llenas la cabeza de besos. Me encanta sentir la calidez y el peso de tu cuerpo junto al mío, tú tan grandota y feroz como una madre osa de las más remotas estepas rusas y yo tan menuda y mansa como una pequeña oveja de los pastos atlánticos más verdes. Agachas la cabeza para llegar a mis labios y nos besamos hasta quedarnos sin aire y acabar con las mejillas tremendamente ruborizadas. Transcurridos unos segundos, me tomas en brazos agarrándome con fuerza de la cintura, las caderas y las nalgas, dejándome tus dedazos y tus uñas marcadas en mi delicada piel. Conmigo en brazos, caminas de nuevo a paso de guerrera y te sientas en algún sitio quedando yo de pie delante de ti y tus manazas me bajan despacio las braguitas, hasta que descienden totalmente a mis pies, acabando en el suelo. Me das una cariñosa palmada en cada nalga dejándome tus manazas marcadas y acto seguido, presa del deseo y de mis ganas de ser tuya, me abalanzo sobre ti sentándome en tu falda, acomodando bien mi pelvis hasta que mi cuerpo logra alcanzar el aparato y lo siento en lo más profundo de mi ser. Mmmmmmm... Entonces empiezas a embestirme lentamente y con cuidado y yo a cabalgarte al dulce compás de tu ritmo. Mientras me haces el amor de esta manera y te cabalgo, siento el roce de mis tetas relativamente pequeñas con las tuyas, me abrazas con pasión abriendo tus manazas como paraguas en mi espalda y mi cintura y lleno de besos y te succiono las mejillas, los labios, los oídos, el cuello y la papada sin parar, con desespero, a lo que tú me correspondes con ardientes y largos besos en los labios.

Y hacemos el amor de esta manera durante un buen rato. Cambiamos de posiciones y de lugares. Estando tú derecha tomándome en brazos, tú agachada y yo sentada en tu falda de cara o de espaldas a ti, ambas a cuatro patas estando tú encima de mí amasando mis pechos y mis pezones con tus manazas bien abiertas como paraguas, ambas tumbadas en tu cama o en el suelo estando yo boca abajo encima de ti, tú tumbada y yo cabalgándote sentada o agachada encima de ti o yo tumbada y tú acometiéndome agachada con tus poderosas extremidades rodeando mi cuerpo, ambas derechas estando tú detrás y yo delante y de espaldas a ti con nuestras manos bien abiertas apoyándonos contra la pared estando las tuyas encima de las mías, tú derecha y yo sentada en la pica del baño o en la encimera de la cocina apoyando mi espalda a la pared o tumbada en la mesa, rodeando tu cintura o tus hombros con mis piernas, por momentos estando yo de espaldas a ti en cualquier postura y sintiendo tus manazas agarrarme del pelo, tomarme del cuello o tapar mi boca (aunque siempre despacio y cuidadosamente, con el cariño y el amor que me tienes, sin hacerme ningún daño) con la intención de introducir tus dedazos en ella, etc. Mmmmmmmm...

Minuto a minuto, siento tus acometidas cada vez más fuertes y rápidas y te cabalgo como si no hubiera un mañana. Tu dulce voz se torna más tosca y feroz y entre fogosos besos, gemidos y rugidos de pasión me dices al oído de manera reiterada lo hermosa y sexy que te parezco, lo mucho que te excito y lo tremendamente lesbiana que te hago. Sentimos el bombeo de nuestros latidos al mismo compás. Estoy que lloro de placer y gimo como nunca antes. Ambas tenemos varios orgasmos (y digo ambas porque el aparato también de alguna manera estimula tu grande y precioso clítoris). Es increíble como me haces el amor de esta manera, eres capaz de igualar e incluso superar a un hombre en esto.

Me muero por estar abrazada a ti acomodando mi cabeza a tus colosales tetas besándolas y succionándolas por encima y por debajo del top mientras estando ambas sentadas cara a cara con nuestras piernas entrecruzadas y pegando con fuerza nuestras rosas del amor desnudas. Nos movemos muy sensualmente, segundo a segundo con mayor ímpetu, nos besamos con más y más desespero, hasta que ambas nos fundimos en un simultáneo y tremendo orgasmo, mojando las sábanas de nuestro deseo, pasión y amor. En cuestión de unos segundos, nos tumbamos tomamos aire, nos abrazamos y besamos derramando lágrimas de emoción y dedicándonos bellas palabras de amor, verbalizando todo lo que sentimos la una hacia la otra. Transcurridos unos largos minutos nos dormimos abrazadas.

Mientras pienso en ti y en todo esto siento una creciente tensión, humedad y dilatación en mi rosa del amor que empapa bien mis braguitas, así como un irrefrenable instinto de estimular mis sensibles y rosados pezones. Sí me encuentro en la intimidad de las sábanas de mi cama, empiezo a acariciar mi cuerpo lentamente, mis pechos, mis pezones, mi abdomen, mi vientre... Imaginando que eres tú quien me lo hace con tus manazas. Continuo así hasta concentrarme tan solo en mi tenso clítoris por encima de mis braguitas y poco a poco introducir dos de mis dedos de pianista o incluso un rotulador permanente imaginando así que eres tú haciéndome el amor con tus dedazos o con un gran aparato. Me muevo muy sensualmente, imaginando que te estoy cabalgando, abrazada a tu cálido cuerpo (hasta abrazo, beso y/o muerdo la almohada imaginando que eres tú), sintiendo tu dulce aroma y comiéndote a besos.

Me muero de ganas de hacer el amor contigo, Gunilda. De que me poseas. De que me hagas tuya, toda tuya.

Te deseo, te adoro y te amo con locura.

Con todo mi amor,


Clío
wlo43
Mensajes: 1017
Registrado: Lun, 28 Sep 2020, 14:59

Re: Todo lo que siento por ti y deseo hacer contigo (lésbico, muy caliente)

Mensaje por wlo43 »

buen relato ...aunque un poco largo
Amorclandestino
Mensajes: 7
Registrado: Sab, 07 Dic 2024, 14:59

Re: Todo lo que siento por ti y deseo hacer contigo (lésbico, muy caliente)

Mensaje por Amorclandestino »

wlo43 escribió: Jue, 12 Dic 2024, 14:58 buen relato ...aunque un poco largo
Tiendo a escribir relatos largos, no me doy cuenta pero siempre acabo escribiendo mucho.

Muchas gracias por leerme. Me alegra que te haya gustado. :D
wlo43
Mensajes: 1017
Registrado: Lun, 28 Sep 2020, 14:59

Re: Todo lo que siento por ti y deseo hacer contigo (lésbico, muy caliente)

Mensaje por wlo43 »

te animo a seguir porque seguro haras feliz a muchos
Amorclandestino
Mensajes: 7
Registrado: Sab, 07 Dic 2024, 14:59

Re: Todo lo que siento por ti y deseo hacer contigo (lésbico, muy caliente)

Mensaje por Amorclandestino »

He escrito más relatos. En realidad mi nivel de expresión escrita es mucho más alto, pero lo que hago en estos relatos es pura escritura emocional.

Mis relatos son siempre largos. Combino el erotismo con el romanticismo y los sentimientos ya que no lo concibo de otra manera.

Muchas gracias :D
Responder

Volver a “Relatos eróticos o sexuales”